lunes, 19 de febrero de 2018

Beneficios de aprender inglés a edades tempranas:

Diversos estudios dentro del campo de la psicología y la pedagogía se refieren a la importancia de comenzar a estudiar una segunda lengua a edades tempranas, ya que el cerebro del niño es muy moldeable y susceptible a nuevos aprendizajes.

Esto se debe a que en los primeros años de vida del niño el cerebro va estructurando los diferentes nexos entre sus neuronas. Si durante este temprano proceso el niño comienza nuevos aprendizajes se beneficiará de dos formas: la primera porque su cerebro seguirá aumentando sus conexiones neuronales y la segunda porque podrá aprender a un ritmo más rápido y con más facilidad. De este modo, se sugiere que la mejor edad para comenzar a estudiar una lengua extranjera es entre los tres y los doce años. Además, se une el hecho de que a estas edades se aprende mejor ya que no hay presiones de diversa índole que puedan entorpecer el aprendizaje del niño.

La práctica del inglés en edades tempranas contribuye a la educación integral del niño, ya que favorece una mayor tolerancia hacia otras razas y culturas, desarrolla destrezas del propio lenguaje, fomenta la curiosidad por otras costumbres, y permite la comunicación y expresión en un idioma diferente. (Mercader y García, 2001, p.73)

Y es por esto que el aprendizaje de lenguas extranjeras a temprana edad mejorará considerablemente el desarrollo cognitivo, por tanto, los niños que aprenden inglés como segunda lengua desde la primera infancia demostrarán diversas ventajas cognitivas respecto a los niños que no lo hacen.

De ésta forma, el niño conseguirá un desarrollo bilingüe total ya que será capaz de hablar diferentes idiomas como el inglés sin tener que pensar, traducir ni analizar las frases.  Esto se debe a que el desarrollo cerebral del niño habrá sido totalmente diferente que el de cualquier niño monolingüe. El cerebro tan solo busca relacionarse con su entorno.  Nuestro objetivo como seres humanos que se relacionan es la comunicación.

Mercader, C. y García, J. (2001). Reflexiones sobre la enseñanza del inglés en edades tempranas: una experiencia en la práctica de los idiomas.

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